miércoles, 16 de octubre de 2013

ENTREVISTA CON LOS NUEVOS SACERDOTES DE ROLDANILLO

ENTREVISTA CON LOS NUEVOS SACERDOTES DE ROLDANILLO



 “Venimos a traer el bálsamo del  consuelo, venimos a vendar las heridas que hay en el corazón de los Roldanillenses y Vallecaucanos. Lo que ha pasado es fruto de una sociedad enferma, enferma por el pecado, por el desamor, por alejamiento e Dios. No tengo detalles, no conozco como va la investigación de los asesinatos de los padres Echeverry y Cabrera, todo eso se lo dejamos a Dios”. Padre Diego Osorio, nuevo párroco de San Sebastián

Por Luis Gerardo Castro Castañeda 



Izquierda: P. Diego Osorio. Der P. Richard Olarte. 

Una cinta morada simboliza el luto de la Iglesia. 

 Existe una aparente calma en la casa cural de San sebastian, los sacerdotes nombrados  tomaron posesión de sus cargos el pasado viernes 11 de octubre de 2013 y de inmediato iniciaron su trabajo pastoral en la comunidad.
En un ambiente de mucho  trabajo los sacerdotes me concedieron una  entrevista, donde entre algunas sonrisas por  los bellos recuerdos de
 sus antecesores y lagrimas por lo sucedido, los padres me hablaron unos minutos.

Escuche la entrevista completa:


Padre Diego Osorio ¿Cual es su sentimiento al ser nombrado párroco de San Sebastián de Roldanillo?

P. Diego Osorio

Es un sentimiento muy grande de muchas emociones. Es un reto  muy grande llegar a mi tierra natal para conducir,  orientar y mostrar a los Roldanillenses los caminos de Dios.

¿Que recuerda del padre Bernardo Echeverry y el padre Héctor Fabio Cabrera?

P. Diego Osorio

Yo conservo recuerdos muy bellos del padre Echeverry, yo lo conocí  hace muchos años cuando él fue por primera ves fue párroco de Roldanillo, en  esa época yo fui   uno de sus monaguillos. Encontré una carta que le  escribimos los acólitos de ese entonces al padre Echeverry, el 25 de junio de 1980. De él recibí mi primera comunión, me preparó para la confirmación y fue quien me impulsó en mi vocación sacerdotal.
Yo me di cuenta de la muerte de los padres estando  en Versalles como párroco, eso me dolió mucho, fueron muchas las lágrimas que he derramado por este acontecimiento tan triste.

Del padre Héctor Fabio, recuerdo su alegría, su entrega, su bondad.

¿Cómo  se ha sentido en la casa cural donde fueron asesinados los padres?

P. Diego Osorio

Nos  fortalece la fe en Jesucristo, si no fuera así esto sería imposible asumirlo y aceptarlo, es la fe en Dios, un Dio que nos da la vida, y esperanza. Nos fortalece la acogida de la gente, la cual ha sido extraordinaria a pesar del dolor de la comunidad, ha habido un apretón de manos.

¿Siente el dolor de los Roldanillenses?

En este momento el padre Diego Osorio no puede Ocultar  su tristeza  y por sus ojos salen unas lágrimas, pero continúa con su voz entrecortada la entrevista, demostrando su gran valor.

P. Diego Osorio

Profundamente, en las eucaristías las lágrimas el rostro de las personas denota el gran dolor. Mientras reciben la comunión las lágrimas aparecen. El pueblo siente  mucho dolor.

Venimos a traer el bálsamo del  consuelo, venimos a vendar las heridas que hay en el corazón de los Roldanillenses y Vallecaucanos.

¿Que le dice la gente de Roldanillo?

P. Diego Osorio

La gente me ha dicho que en Roldanillo somos más los buenos y eso lo vamos a demostrar.
Lo que ha pasado es fruto de una sociedad enferma, enferma por el pecado, por el desamor, por alejamiento e Dios.

¿Cómo fueron esas primera noches en la casa cural?

P. Diego Osorio

 Las primeras noches fueron un poco complicadas, son muchos los recuerdos,  pero  a  medida que van pasando los días las cosas se ven distintas, la gente es muy acogedora. Con el padre Richard nos henos acompañado  y avanzado

En Roldanillo hay un sentimiento de impunidad, hasta el momento de hacer esta entrevista, no se sabe nada de los criminales. ¿Qué siente usted al respecto?

Yo digo que eso hay que dejárselo a las personas que tienen a su cargo las investigaciones. Dios quiera que esto no quede impune porque es el dolor de una sociedad de un pueblo, esto no se puede repetir en ninguna calle, en ninguna casa. No tengo detalles, no conozco como va la investigación, todo eso se lo dejamos a Dios.

¿Qué  mensajes le deja a  los Roldanillenses?

El dolor de los Roldanillenses también es mi dolor;  quiero invitar a los niños y  a los jóvenes para que no le tengan miedo a Dios, que sean capaz de decirle al papá Dios cuanto lo pueden amar, a las familias, que recuerden que son las primeras escuelas del amor y de la esperanza, hay que recuperar el sentido de la familia el valor de la familia.   A las autoridades de la ciudad que me ayuden a trabajar.

También hablamos con el padre Richard Anderson Olarte Lezama,  Vicario parroquial, con algo de tristeza también hablo de  sus sentimientos.

Escuche la entrevista completa

¿Padre cuanto tiempo lleva de ordenado sacerdote?

Llevo tres meses de haber sido ordenado.

¿De donde es usted?

P.Richard Anderson Olarte Lezama

De Zarzal

¿Qué recuerda  de los padres  Bernardo y Héctor Fabio a quienes remplaza en Roldanillo?

P.Richard Anderson Olarte Lezama

El padre Héctor Fabio, fue compañero de niñez, y juventud, en zarzal;  fuimos acólitos juntos,  compañeros en el seminario, él me llevaba dos años de formación en el seminario, fuimos muy cercanos.
El Padre Bernardo, fue mi párroco en Zarzal durante 6 años, cuando yo era seminarista compartí mucho con los dos y por eso el dolor es muy grande.

¿Cómo ha sido la experiencia en estos primeros días en la casa cural donde ellos vivieron y murieron?

P. Richard Anderson Olarte Lezama

Ha sido no de miedo, si  no de impresión,  de dolor, de tristeza. Los recuerdos son muchos. Al ocupar la misma habitación que el padre Héctor Fabio, se le viene a uno los recuerdos del haber compartido con él. Recuerdo mucho a Héctor Fabio, cuando yo lo venia a visitar  a Rodanillo, eso da tristeza.
Tenemos que dar el paso de la tristeza a la esperanza, para ayudar a dar ese paso en la fe a toda la comunidad  Roldanillense.


martes, 8 de octubre de 2013

LE GANARON A ONCE DELEGACIONES DE TODA COLOMBIA, LOGRARON CINCO TÍTULOS, Y EN EL VALLE DEL CAUCA NO LES DIERON NI GRACIAS.


LE GANARON A ONCE DELEGACIONES DE TODA COLOMBIA, LOGRARON CINCO TÍTULOS,   Y EN EL VALLE DEL CAUCA NO LES DIERON NI GRACIAS.

Equipo de tejo del Valle del Cauca. Foto: Luis Gerardo Castro 
Fueron,  Compitieron, ganaron  y ni gracias le dieron. Es una nueva historia de entrega de deportistas que dan  triunfos al departamento  pero  reciben  a cambio: nada.

Por Luis Gerardo Castro Castañeda

La selección Valle de tejo  logro cinco títulos en el campeonato nacional de tejo realizado los días 16, 17 y 18 agosto del presente año en la cuidad de Ocaña Norte de Santander.

Para poder asistir, ellos mismos aportaron sus  pasajes y estadía. Algo de apoyo lograron  del municipio;  su ilusión era dejar en alto los colores del departamento. Compitieron, ganaron, pero ni gracias les dieron.

Pasaron los días, los meses y los deportistas esperaron al menos una carta de felicitación por parte de INDERVALLE, pero nunca llegó. Ahora hay un nuevo director y se espera que al menos se les valore  y se cumplan los compromisos de apoyo a los campeones nacionales, que desde Roldanillo siguen haciendo quedar bien al Valle del Cauca.
“Nosotros seguimos  la espera que nos incluyan en el programa de deportistas de alto prendimiento apoyados por INDERVALLE. Pues por nuestros  triunfos en campeonatos nacionales, ya nos lo merecemos” Dijo Jair Gómez uno de los campeones.


Datos:

16, 17 y 18 agosto en Ocaña,  Norte de Santander se realizó el Campeonato Nacional de Tejo.
Los deportistas campeones  son:

Álvaro Humberto Sánchez, Elider Castillo, Ebert Peña, Jair Gómez, José Palacios y Alfonzo Orozco.
El valle se impuso ante 11 representativos que participaron  en el  nacional de tejo.


martes, 1 de octubre de 2013

CRÓNICA DE UN SEPELIO QUE PARTIÓ LA HISTORIA ESPIRITUAL DE ROLDANILLO.


CRÓNICA  DE UN SEPELIO QUE PARTIÓ LA HISTORIA ESPIRITUAL  DE ROLDANILLO.

Emociones, sentimientos, pensamientos en el cubrimiento periodístico de un evento lamentable en la vida de un pueblo que se precia de ser creyente y respetuoso de Dios. Así viví los momentos de velación, y  sepelio de  dos sacerdotes asesinados en Roldanillo: Bernardo Echeverry y  Héctor Fabio Cabrera.  Una historia que no podré olvidar.

Por Luis Gerardo Castro Castañeda.

Sigo en Shock, me voy  permitir  hablar en primera persona;  pues no voy a contar una noticia. Voy a contarles que sentí, qué pensé, que pude percibir  desde las escalas del altar del templo  de San Sebastián, en la sacristía y en la casa cural, donde fui  testigo de uno de los hechos más dolorosos de la historia contemporánea de Roldanillo: La Muerte de dos sacerdotes queridos y admirados y respetados por todos: Bernardo Echeverry y  Héctor Fabio Cabrera.

Lea en el país.com.co


Los datos noticiosos  como tal, ya los he relatado en otros lugares y medios. Ahora me concentro  en un acto de memoria sensitiva de  unos de los peores días que hemos vivido en Roldanillo.
Si mis abuelos vivieran; se habrían muerto estos días, pues ocurrió algo  que era impensable me en sus años.


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Vi llorar a jóvenes, viejos, doctores, políticos  y al señor que cuida motos en la calle de la iglesia, las señoras que atienden cafeterías, al alcalde y a concejales.  Ese llanto unió a Roldanillo por tres días de intenso dolor.
Más que tomar fotografías en mi  Canon. Tomé fotos en mi mente y en mi corazón, cuando vi en la calle la gente pensativa, cabizbaja. Cuando sentí el silencio extraordinario en las calles centrales de la ciudad.
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Mis ojos vieron  por primera vez banderas moradas de papelillo en las ventanas y  puertas  de las casas del municipio. Yo estaba acostumbrado a las banderas tricolores.
Sentí el  miedo de las viejitas  que rezaban el rosario, pidiéndole a Dios y la Virgen que no castigue el pueblo.
Escuche a unos viejos de la ciudad, haciendo conjeturas sobre lo que le puede pasar a un pueblo donde han matado ya  a tres sacerdotes en menos de 10 años.
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Vi a  varios obispos llorar;  a muchos sacerdotes con lágrimas en los ojos. Sentí a las autoridades  muy preocupadas porque no han capturado a los culpables y no han mostrado resultados positivos.

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Recuerdo que yo estaba,  desde el 25 de septiembre del 2013, totalmente incomunicado, pues una fuerte gripa me tenía postrado en la cama. Pero el día  27  que fue  el peor  día de mi gripa, no podía dormir tranquilo, la congestión  no me dejo. Por eso escuche mas  o menos  a las 12:00  de la madrugada,  algo que se salía de lo común: Escuche doblar las campañas de la iglesia. Pensé que era algo de la fiebre que tenía  y trate de conciliar el sueño, pero no fue así.

Llegó el sábado 28 de septiembre de 2013,  me levanté muy mariado por la gripa que estaba en su nivel más alto. Encendí el celular y encontré un mensaje de Carlos Días, un colega de Caracol Sevilla, que me dice que estaba conmocionado por lo que había pasado en Roldanillo.

¿Qué paso? Le pregunté y me respondió: mataron la los padres de Roldanillo, al padre Echeverry y a Cabrera. Eso me dejo en schock, no lo podía creer y el malestar de la gripa se me fue para” la porra”

Encontré mensajes de mis compañeros y jefes de El País y Qhubo donde me dicen que ponga en acción   y cubra la noticia. Recuerdo que  como pude salí a cubrir la noticia  que ya era nacional y que ya todos conocemos.
 Allí. Comenzaron mis recuerdos del padre Bernardo Echeverry, con el cual había hablado en una banca del parque, frente a la alcaldía  unos días antes, mientras se lustraba sus zapatos, me contó que iba muy bien lo de la construcción de la capilla de la Medalla  Milagrosa, su ultimo proyecto. Luego me contó que le  preocupaba la situación de violencia que estaba viviendo el pueblo. Él siempre era muy visible en el parque, le gustaba hablar con la gente en lugares públicos.

Mi pareja no es de Roldanillo, es de Medellín, pero Angela, ha llorado mucho desde que se dio cuenta de todo lo que ha pasado en los últimos días de septiembre de 2013. Un septiembre negro para Roldanillo.

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El sábado, esperamos desde las 8:00 a.m para que los restos mortales, llegaran al templo para poderles  rendirles  el último homenaje, y desde esa hora, el parque ya estaba lleno de personas esperando que las puertas de la iglesia se abrieran.
A las 9:00 de la noche los restos mortales ingresaron al templo donde habían casado,  bautizado, confesado, y compartido el evangelio  a miles de personas en el tiempo de sus vidas; casi que no los entregan en las funerarias.

Allí, cuando la gente vio a sus padres en los ataules  gritaron:  ¡justicia!. Y el  llanto fue generalizado en todo el templo y en el parque.
Yo estaba como un autómata: La gripa, ya me había dejado un poco; pero la emoción del evento y las trágicas circunstancias no me dejaban pensar con claridad. Solo estaba mirando a la gente: Sus rostros llenos de tristeza, mejillas mojadas por las lágrimas.

Había cámaras  de televisión por todo lado. Como siempre, y esta mal que lo diga yo, pero solo las noticias de muerte, convocan  a las medios naciones. El Sábado 27 desde el parque de Roldanillo se hacían notas en directo para todos los noticieros de Colombia.
¿Qué  pensar, qué sentir? No, mejor no sentir,  no pensar. Solo entrevistar, informar, fotografiar. Preferí eso para no caer en las lágrimas de la mayoría de los Roldanillienses.

Llegó el director de la policía, el general  Palomino, lo entrevisté.  Le pregunto por las investigaciones y resultados en al captura de los criminales.  Él dice  que aun no hay nada, que se esta trabajando en eso.
¿Qué pensaran los que cometieron esos crímenes? ¿Qué  sentirían sus padres, sus  familiares?
Sigue llagando gente. Medios de toda parte. El silencio reina el en el pueblo.
El domingo 29, cada hora había una misa, pero  las campanas no sonaban, ellas doblaban, lloraban por la gran pérdida.
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Entrevisto  al Obispo de Cartago Monseñor  José Alejandro Castaño. En sus ojos se veía la tristeza y el rastro de muchas lágrimas que habían salido de su corazón por la perdida de dos de  sus hijos los sacerdotes Echeverry y Cabrera, en  especial éste último pues fue de los primeros sacerdotes que ordenó  en su diócesis.
Sentí  que hizo un gran  esfuerzo para no llorar durante la entrevista. Sentí el dolor de un padre, de un pastor: Terrible. El silencio es  total en la sacristía,  en la casa cural, en el centro,  en todo el pueblo.
La gente madrugó a comprar el periódico o los periódicos para enterarse de lo que estaba pasando.
En internet, fotos, cometarios, mas dolor.
Llega el  lunes y amanece lloviendo. Parecía que lloraba también el cielo. Salgo presuroso al templo. Son las 9:00 de la mañana.  Me han llamado del periódico El País y el diario Qhubo, para instruirme del perfil de nota que querían. 

He llagado al templo, pero no hay como ingresar, Todo esta repleto de gente, y el ceremoniero el padre  Albeiro, indica como esta todo dispuesto donde vamos a estar los periodistas, autoridades etc. El parque esta lleno. El silencio es el protagonista, parece un viernes santo.
El color  que se ve es el negro de luto y el morado de las vestiduras de los sacerdotes que llegan concelebrar  la misa con 10 obispos de Colombia que llegaron a despedir a sus compañeros. Hay más de 200 padres y religiosas.
 El silencio es notorio, solo se escuchan las palabras del ceremoniero.
Llegan las 10: 00 de la mañana e inicia la misa exequial. De nuevo, veo a los familiares delos sacerdotes asesinados. Sus rostros  rebelan el dolor tan grande que han sentido en tres días de duelo. No me atrevo a acercarme a ellos. Solo los miro  desde lejos, en sus bancas ellos lloran desconsoladamente.

La ceremonia continua, pero el tiempo parece detenerse. El coro de la parroquia canta con el alma, pero en sus voces se siente el dolor de la despedida de sus padres amigos y confesores.
Ver llorar a un sacerdote es raro. A un obispo, lo es más. Yo los vi, y como cosa extraña, yo no pude llorar, seguía en schock. Creo que por  eso estoy escribiendo esta crónica, como un acto de exorcizar mi espíritu  de Roldanillense, más que de periodista. Es mi manera de desahogarme. Le he mostrado a “Nana” las fotos que tomé en la ceremonia y ella comenzó a llorar nuevamente. Ya son las 11:37 de la  noche del 30 de septiembre. Trato de traer a mi memoria lo vivido; pero el malestar de la gripa ha regresado y opaca mi memoria sensitiva.
Ya he mandado los artículos al País,  y a Qhubo, no sé que van sacar, pues también hay que informar sobre lo que sucedió en Cartago  y en Zarzal, municipios donde enterraron a los padres Echeverry  y Cabrera.
En Colombia (que yo sepa) no hay otro pueblo donde hayan asesinado  a tres sacerdotes en menos de 10 años. Roldanillo, pasa a este triste registro y record.

¿Qué va a pasar con el pueblo? Preguntan muchos en la calle.
Hablado con el obispo Castaño en la entrevista, me dijo: “Este es un país enfermo moralmente”. Tomando las palabras del papa Juan Pablo II. En otra parte dice: “Colombia perdió su norte…”
Y eso es una gran verdad. Nuestros jóvenes han crecido  en la cultura de la violencia. Donde la Vida no vale nada. Donde no hay nada sagrado. Donde Dios, parece ser un vago recuerdo de los rezos de nuestros abuelos.
Cuando veo partir los dos carros de las funerarias con los restos mortales de los padres. Veo  miles de personas que lloran, que gritan ¡Justicia!. Veo el dolor de un pueblo que esta cansado de tanta violencia.
Se me escapan muchos detalles. Muchas sensaciones, Las emociones son muy grandes. Saludo a varios padres amigos, otros obispos que me honran con su amistad.

Hablé en el recorrido del templo a  mi apartamento con tres personas. Ellos me dicen:” Hemos tocado fondo”

Momentos de dolor vivió Roldanillo, al enterrar dos de sus sacerdotes brutalmente asesinados el 27 de septiembre de 2013. Fotos Luis Gerardo Castro C. 




Pero yo creo que aun no. El fondo aun no lo hemos tocado. Lastimosamente, nuestra naturaleza humana y de la cultura de la violencia, nos hará olvidar este deplorable hecho en pocos días. Hasta que ocurra algo peor.
Dios, ayúdanos a regresar a tu camino.